domingo, 27 de febrero de 2011

San Francisco de Asís compuso la siguiente oración que me gusta mucho.

Haz de mí, oh Señor, instrumento de tu paz.
 Que a donde hay odio, lleve yo amor;


donde hay ofensa, llevyo perdón;


A donde hay duda, lleve yo fe;


A donde hay desesperación, lleve yo esperanza;


A donde hay oscuridad, llevyo luz;


A donde hay tristeza, lleve yo alegría


0h Señor, que no busque yo tanto ser consolado como consolar;


Ser comprendido, como comprender;


Ser amado como amar yo mismo.


Porque es dando como se recibe


Y perdonando como somos perdonados.


* El primer requisito para la oración es el silencio.
Las personas de oración son personas que saben guardar silencio.


* Mi secreto es muy sencillo: oro


      Orar a Cristo es amarlo.





* Los filamentos de las bombillas son inútiles si no pasa la corriente.


>Vosotros, yo, somos los filamentos.


              La corriente es Dios.


      Tenemos la posibilidad de permitir a la corriente pasar a través de nosotros y de utilizarnos para producir la luz del mundo.


* Los Apóstoles no sabían cómo rezar, y pidieron a Jesús que les enseñase a hacerlo.


          Jesús, entonces, les enseñó el Padre nuestro.


               Creo que cada vez que decimos el Padre nuestro, Dios mira sus manos, donde nos tiene dibujados: «Quiero que sepáis que os tengo esculpidos en la palma de mis manos...» (Isaías 49, 16).


               ¡Qué descripción más hermosa y expresiva del amor personal que Dios siente por cada uno de nosotros!





* Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos y hermanas esparcidos por todo el mundo, que viven y mueren en soledad y hambre


               Dales hoy, por nuestras manos. el pan de cada día. Y, por nuestro amor, dales paz y alegría.Amén.


* Orar no es pedir.


            Orar es ponerse en manos de Dios a su disposición escuchar su voz en lo profundo de nuestros corazones.

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